¿Cuándo se considera mala praxis profesional?
¿Cuándo se considera mala praxis profesional?
Este término se refiere a un comportamiento inadecuado o negligente en el propio ámbito de trabajo, que causa daños a otras personas o a la sociedad. En este artículo, exploraremos las circunstancias que constituyen mala praxis, sus consecuencias y su impacto en diversas profesiones, como la medicina y el derecho.
Definición de la mala praxis profesional
Cuando hablamos de “mala praxis profesional”, nos referimos al comportamiento y las acciones impropias, negligentes o lesivas de las personas en sus respectivas profesiones. Este término va más allá del simple error humano, pues implica una grave falta de diligencia, destreza o ética profesional. Es un concepto que abarca una amplia gama de campos, como la medicina, el derecho y otros ámbitos profesionales. Las consecuencias de la mala praxis profesional pueden ser graves, y a menudo causan daños a otras personas y a la sociedad en su conjunto. Se trata de una cuestión compleja que puede tener importantes repercusiones en las personas afectadas y en los profesionales responsables.
Suele considerarse que ha habido mala praxis profesional, también conocida como negligencia profesional, cuando se incumple el nivel de cuidado que se espera de un profesional razonablemente competente. Este incumplimiento del nivel de cuidado, destreza o juicio comúnmente aplicado por otros miembros de la misma profesión puede tener efectos perjudiciales, tanto para la persona atendida como para la comunidad en general.
El término se utiliza a menudo en el contexto de los ámbitos médico y jurídico (por eso es recomendable que los médicos contraten un seguro de responsabilidad civil), en los que las acciones y decisiones de los profesionales tienen un impacto directo y crítico en el bienestar y los derechos de sus clientes o pacientes.
El Incumplimiento de la Normativa
Uno de los indicadores clave de la mala praxis profesional es el incumplimiento de la normativa y las normas establecidas en un sector o ámbito profesional concreto. Esto puede abarcar una amplia gama de requisitos, incluidos los relacionados con la salud y la seguridad, las directrices éticas y la conducta profesional. En el ámbito médico, por ejemplo, el hecho de que un profesional sanitario no obtenga el consentimiento informado de un paciente antes de realizar un procedimiento médico puede considerarse un incumplimiento de la normativa y ser indicativo de mala praxis profesional. Del mismo modo, en la profesión jurídica, el incumplimiento de la confidencialidad del cliente por parte de un abogado puede constituir negligencia profesional debido a la violación de las normas éticas establecidas.
Cuando la falta de cumplimiento de la normativa es tan grave que provoca daños o perjuicios importantes, se consolida aún más la presencia de negligencia profesional. Esto puede adoptar la forma de un diagnóstico erróneo o de una omisión de diagnóstico de una afección médica, que conduzca al agravamiento de la enfermedad de un paciente. En un contexto jurídico, puede consistir en una mala gestión de un caso por parte de un abogado, que provoque la pérdida de derechos legales de su cliente. En ambos casos, el incumplimiento de las normas y el daño resultante demuestran una clara desviación de la norma esperada de atención y responsabilidad profesional.
Daño significativo como consecuencia
En el ámbito de la negligencia profesional, la presencia de un daño o perjuicio significativo es un factor crucial para determinar la gravedad de un acto negligente. Este daño puede manifestarse de diversas formas, como física, emocional y económica. En el ámbito médico, un error operatorio de un cirujano que provoque lesiones a un paciente, la administración de una medicación incorrecta por parte de una enfermera o el hecho de que un psiquiatra no atienda adecuadamente a un paciente suicida pueden provocar daños importantes y, a veces, irreversibles. Del mismo modo, en la abogacía, la mala gestión de un caso por parte de un abogado, que resulte en la condena injusta de un cliente o en la pérdida de una reclamación legal importante, representa un claro caso de negligencia profesional y el importante daño que puede causar.
Es importante reconocer que la presencia de daño por sí sola no siempre es suficiente para establecer un caso de negligencia profesional. El daño debe estar directamente relacionado con las acciones u omisiones negligentes del profesional, y debe demostrarse que dicho daño podría haberse previsto y evitado razonablemente en el curso de una actuación competente ordinaria. La evaluación de si el daño es directamente atribuible a las acciones u omisiones del profesional suele requerir el análisis y el testimonio de expertos, sobre todo en los casos en que la determinación de la causalidad es compleja y se cuestiona la responsabilidad del profesional.
Comprensión del concepto de conflicto de intereses
La mala praxis profesional también puede extenderse a situaciones que implican un conflicto de intereses, cuando los motivos personales o profesionales impiden el cumplimiento objetivo y ético de las propias responsabilidades profesionales. Este conflicto puede dar lugar a decisiones o acciones que no redunden en beneficio del cliente o paciente, causando así daños o perjuicios. En el ámbito médico, puede surgir un conflicto de intereses cuando las inversiones financieras de un médico afectan a sus recomendaciones de tratamiento, dando lugar a procedimientos médicos innecesarios en beneficio propio. Del mismo modo, en la profesión jurídica, la representación por parte de un abogado de clientes con intereses contrapuestos, o la explotación de información privilegiada en beneficio propio, representa un claro conflicto de intereses y puede dar lugar a negligencia profesional.
Identificar y abordar la presencia de un conflicto de intereses es esencial para mantener las normas éticas y profesionales de cualquier campo. Es un aspecto fundamental para prevenir situaciones en las que los intereses del profesional entran en conflicto con el bienestar y los derechos de aquellos a quienes sirve. La resolución de conflictos de intereses potenciales o reales suele implicar la divulgación completa, la recusación del profesional de la situación concreta y la aplicación de medidas para dar prioridad a los mejores intereses del cliente o paciente, aunque ello suponga sacrificar posibles beneficios personales o económicos.
Responsabilidad profesional y rendición de cuentas por negligencia
En el núcleo del concepto de negligencia profesional está la idea de responsabilidad y rendición de cuentas por las consecuencias de las propias acciones u omisiones. Los profesionales de todos los ámbitos, en particular los de la sanidad y el ámbito jurídico, están sujetos a un deber de diligencia y a obligaciones éticas para con sus clientes y pacientes. Cuando el incumplimiento de este deber de asistencia provoca daños, existe la correspondiente responsabilidad de hacer frente a las consecuencias de dicha negligencia. Esto puede adoptar la forma de una indemnización adecuada por los daños y el sufrimiento causados, así como de hacer frente a posibles repercusiones jurídicas y profesionales por el incumplimiento de la norma de atención esperada.
En el ámbito médico, el concepto de negligencia profesional suele ser un punto central en los casos de errores de diagnóstico, tratamiento inadecuado de una afección médica o realización inadecuada de procedimientos médicos. Estos casos pueden conducir a una serie de resultados adversos, como el agravamiento del estado de salud del paciente, la aparición de nuevas complicaciones de salud o el sufrimiento innecesario del paciente. Del mismo modo, en la abogacía, la negligencia y la mala praxis pueden producirse en varios casos, como la manipulación incorrecta de documentos jurídicos, el incumplimiento de los plazos de presentación o la mala gestión de los fondos del cliente, todo lo cual puede perjudicar considerablemente los derechos jurídicos y el bienestar económico del cliente.
La negligencia profesional en la medicina y otras profesiones
La negligencia profesional es un concepto que no se limita al sector sanitario, sino que también puede manifestarse en otros ámbitos profesionales, como la contabilidad, la ingeniería y la arquitectura. En el ámbito de la sanidad, las acciones y decisiones de los profesionales médicos conllevan un profundo nivel de responsabilidad y deber, dado el impacto directo en la salud y el bienestar de sus pacientes. El incumplimiento de las normas de atención establecidas y la comisión de actos negligentes en el curso de un tratamiento médico pueden acarrear consecuencias nefastas para las personas a su cargo.
Dentro del marco jurídico y ético, la determinación de una mala praxis o negligencia profesional implica una evaluación de las acciones u omisiones del profesional en relación con las normas establecidas y las directrices éticas dentro de su campo. Es un proceso polifacético que a menudo requiere la aportación de expertos jurídicos y médicos para evaluar las circunstancias específicas de un caso y determinar la presencia de negligencia profesional. La complejidad de estas evaluaciones subraya la gravedad de la negligencia profesional y las importantes repercusiones que puede tener en la vida y el bienestar de las personas.
Además, las ramificaciones de la negligencia profesional van más allá del daño físico o económico inmediato causado a una persona. También pueden tener un profundo impacto en la reputación del profesional, en su posición dentro de su campo y en sus perspectivas profesionales futuras. Ante las acusaciones de mala praxis profesional, las personas también pueden ser objeto de acciones disciplinarias por parte de sus organismos reguladores profesionales, lo que subraya aún más las graves implicaciones de la negligencia profesional en cualquier campo.
Conclusión
La mala praxis profesional, que engloba los conceptos de negligencia e incumplimiento del deber profesional, es una cuestión crítica con implicaciones de gran alcance en los campos de la medicina, el derecho y otros ámbitos profesionales. El incumplimiento de la norma de atención esperada, la aparición de un daño importante y la presencia de un conflicto de intereses son elementos clave para comprender y abordar la mala praxis profesional. Es esencial que los profesionales mantengan los más altos niveles de diligencia, competencia y conducta ética en sus respectivos campos para evitar que se produzca una mala praxis y sus efectos perjudiciales para las personas y la sociedad en su conjunto.
La mala praxis profesional es una de las principales causas de muerte en el mundo.
Equipo de redacción Berkley
El equipo de redacción de Berkley España cuenta con un grupo de periodistas profesionales expertos en seguros en España.