Trabajadores Seguros e Incentivados
Trabajadores Seguros e Incentivados
El mercado laboral ha sufrido una rápida y trascendental transformación en los últimos años. Cada vez es más frecuente ver cómo hay sectores donde las empresas tienen grandes dificultades para encontrar empleados que cubran sus necesidades. En esta tesitura, las organizaciones que buscan ser competitivas y ganarse su lugar en el futuro necesitan de una estrategia que las convierta en empresas atractivas para trabajar. Atraer y retener el talento se ha situado como uno de los principales retos del mundo empresarial. La flexibilidad en la jornada laboral, la posibilidad de teletrabajar o las medidas que faciliten la conciliación familiar son algunas de las que ya se incluyen en las políticas de recursos humanos de muchas compañías. Pero los trabajadores valoran también otro tipo de incentivos.
En este campo, el seguro tiene mucho que ofrecer, especialmente en el ámbito de los seguros personales. Sin duda, el producto asegurador que mejor acogida ha tenido entre los empleados ha sido el de salud, no solo por el servicio que ofrece sino también por los beneficios fiscales que permite frente a otro tipo de retribuciones. Además de abrir la posibilidad de cubrir a los miembros de la familia del empleado, los trabajadores valoran muy positivamente tener una alternativa a la sanidad pública, sin listas de espera. Entre los usuarios más jóvenes se detecta un gran interés por los servicios online de atención psicológica, cuya demanda se ha disparado desde el inicio de la pandemia de Covid 19.
El seguro de accidentes
Garantizar la seguridad económica, tanto propia como de la familia, es otra de las preocupaciones principales de los trabajadores. De ahí que en los programas de beneficios para empleados tengan un lugar preponderante productos como el seguro de accidentes. De hecho, en algunos sectores este seguro está contemplado en el convenio colectivo y, por tanto, es de obligada contratación para la empresa. No obstante, muchas compañías optan por contratarlo sin tener dicha obligación, como una garantía añadida para los miembros de su organización. El principio de esta filosofía es que la empresa es responsable de sus trabajadores y debe hacer lo posible para que desarrollen su actividad en óptimas condiciones de seguridad. Pero, como no siempre es posible evitar los accidentes, las compañías más responsables proporcionan un seguro de accidentes que, al menos, minimice las consecuencias. De esta forma, los empleados, además de recibir una indemnización en caso de accidente, se sienten valorados por la empresa, lo que aumenta su grado de implicación y compromiso.
Las empresas contemplan también la suscripción de seguros de accidentes para sus directivos. Una medida que redunda en el buen funcionamiento de la organización, puesto que se trata de profesionales de vital importancia para el desarrollo del negocio.
Otra modalidad de seguro que suele incluirse en los programas de beneficios para empleados es el seguro de vida, una cobertura que tiene un doble efecto entre los empleados: aporta una sensación de seguridad económica y refuerza la vinculación de los empleados con la empresa.
Seguros para directivos
La estrategia de fidelización por parte de las compañías tiene un apartado especial para los profesionales que ocupan cargos directivos. Además de los citados seguros de salud, accidentes y vida que la empresa puede contratar para la totalidad o parte de la plantilla, la protección de los directivos requiere de otras coberturas específicas. Es el caso del seguro de D&O (administradores y directivos), que cubre al directivo ante los riesgos más habituales que derivan del desempeño de sus funciones por conductas contrarias a la ley. No olvidemos que un administrador o un ejecutivo puede recibir una demanda por muy diversas causas y está sujeto a la percepción de los perjudicados por sus decisiones empresariales. De hecho, cualquier persona, empresa u organismo que mantenga o haya mantenido relación con la empresa puede ejercer una reclamación contra ella, si se considera perjudicado por sus decisiones o por su actividad. Esta garantía se ha convertido prácticamente en una necesidad, puesto que la legislación es cada vez más estricta a la hora de exigir responsabilidades a los máximos ejecutivos de las empresas.